Mi propia despedida
Pocas veces ocurre, pero en este caso nació de un tirón. A los pocos días de tenerla contacté, por primera vez, con Pachi García Alis, le envié una grabación casera con ella y comenzó la etapa del nuevo disco. Curiosamente, aunque estuvo en la primera compilación de maquetas, se quedó fuera de la primera tanda de grabaciones. No fue hasta mi segundo viaje a Baeza cuando decidimos incluirla y consideré oportuno incluir un final esperanzador entre tanta niebla.
Si os fijáis, es un poco metacanción («no hubo colisión de tráilers«, «vuelvo a ser la misma mancha en la servilleta«) y también es la canción que me libera, la canción más catártica del disco. Mi música tiene muchas contradicciones, así que, como no podía ser de otro modo, lo que era una despedida se convirtió en un regreso.