Mi propia despedida

Mi propia despedida

Si «El punto del empate» fue la última canción que escribí para «Afluentes«, podríamos decir que «Mi propia despedida» fue la primera. No lo fue por antigüedad (hay canciones muy anteriores) ni tampoco fue la primera de las, digamos, nuevas; pero sí es la que concebí como un regreso. Como sabéis, me tomé unos años para reflexionar y realizar otras actividades, y la primera vez que cogí una guitarra para escribir algo que yo quisiera cantar, salieron los primeros versos de esta letra: «Haces bien en verlo así, como un avión en llamas. Yo creí que no iba a arder y me estalló en la cara»

Pocas veces ocurre, pero en este caso nació de un tirón. A los pocos días de tenerla contacté, por primera vez, con Pachi García Alis, le envié una grabación casera con ella y comenzó la etapa del nuevo disco. Curiosamente, aunque estuvo en la primera compilación de maquetas, se quedó fuera de la primera tanda de grabaciones. No fue hasta mi segundo viaje a Baeza cuando decidimos incluirla y consideré oportuno incluir un final esperanzador entre tanta niebla.

Si os fijáis, es un poco metacanción («no hubo colisión de tráilers«, «vuelvo a ser la misma mancha en la servilleta«) y también es la canción que me libera, la canción más catártica del disco. Mi música tiene muchas contradicciones, así que, como no podía ser de otro modo, lo que era una despedida se convirtió en un regreso.

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