SIGUE BUSCANDO
Cansado de perder todas las partidas,
sin lágrimas para embargar.
Perdida la decencia, como las fichas,
posé mis huesos en un bar.
Delante de los whiskys hallé a Melinda
con ínfulas de femme fatale.
“Espérame a las cinco en aquella esquina
y te enseño la parte de atrás”.
Absuelto por mi suerte tenté a la ruina,
volví a jugarme el antifaz.
Chistándome en la esquina de la conciencia
la voz de la fatalidad:
“Sigue buscando,
no la encontrarás.
Sigue esperando
tu oportunidad”
Vencida la liturgia de las caricias
pasamos al segundo round.
“Aparca el corazón junto a la camisa,
hoy no lo vas a utilizar”.
El vértigo de estar con aquella rubia
sudando hormonas sin pagar
subió las pulsaciones de mi autoestima
y ya no pude echarme atrás,
Seguro de la gloria lancé el envite:
“mañana te invito a cenar”.
Estrépito de risas como cuchillos
y la advertencia una vez más:
“Sigue buscando,
no la encontrarás…
Sigue esperando
tu oportunidad”
En la tapa del yogur el mismo mensaje,
en la caja de galletas del minibar:
“Sigue buscando”