LA VIDA QUE ESPERÉ
Las chicas de Valencia llevan flores en los labios,
apurándose a la hora de comer.
El Carrer de la Ribera se adivina entre terrazas,
creo que tengo otra ciudad para volver.
Y me acuerdo de los trenes que he perdido,
tú te miras en los posos del café.
No se está tan mal, podías haber venido…
Esta debe ser la vida que esperé.
El puerto de Gandía es la promesa del verano,
tengo la impresión de que algo marcha bien.
A las diez en Varadero, aún con el pelo mojado.
Quién lo iba a decir, a medias con Javier…
Preguntándome por qué no estás conmigo,
con los nervios en la punta de la piel.
No se está tan mal, tenías que haber venido,
esta debe ser la vida que esperé…