COMO LA LLUVIA PARA LOS TAXISTAS
(Uviéu, 2006)
Como la lluvia para los taxistas
eran tus besos desordenados,
como las lágrimas que te caían
eran mi pasos hacia el escenario.
La soledad es una vieja excusa
para perderme por los lavabos.
Si te preguntan di que estoy bien,
que es sólo un mal trago.
Como la noche del recepcionista
fue la mañana de aquel enfado;
como las uñas de los guitarristas
habló tu lengua, como un epitafio.
La soledad es una vieja excusa
para perderme por los lavabos.
Si te preguntan di que estoy bien,
que es solo un mal trago.
Donde las puertas dejan de abrirse,
en la tristeza de los candados...
Déjame sólo con mis excusas,
no hay para tanto.
Como la espera del autoestopista
desesperaba mi calendario;
como un borracho a la luz del día,
iba dando tumbos hacia ningún lado.
La soledad es una vieja excusa
para perderme por los lavabos.
No me preguntes dónde estaré,
ya lo he olvidado.
Donde las puertas dejan de abrirse,
en la tristeza de los candados...
Déjame a solas con mis excusas,
no hay para tanto.
Ya no hay lugar para las mentiras,
lo he olvidado.
Déjame a solas con mis motivos,
no hay para tanto.
A Enrique Urquijo, maestro de maestros.